miércoles, 14 de julio de 2010

Renaciendo II




De un trago respiro el silencio místico
embriagando los sentidos de mi alma enmudecida;
a mis oídos susurra el soplo de una suave melodía
que me lleva a un encuentro con la danza de la brisa.

Con la luz del sol, me desplazo suave y con giros rápidos,
es la brisa que me lleva de sus brazos,
con acervados pasos de un solo trazo
y juntos consumidos vamos dando alegres saltos.

En mi danza discreta sigo entorno a la brisa
al ritmo del sonido del silencio; giro, giro,
arremolinada en el brillo de mis suelos,
haciendo ecos en las voces del silencio.

La seda se destila limpiando mis entrañas,
mientras sigo alimentando el fuego que respiro,
en un canto voy consciente del paso doble de mi alma
hasta liberar un aliento, como un último suspiro.
Gracias por tu comentario....

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