Dios no
pierde la esperanza de que un día
despiertes y con cada respiración agradezcas tu existencia.
Todos buscamos algo en la vida, desde niños
anhelamos algo, nos hacemos adultos y continuamos en un anhelo, alcanzamos
grandes logros y luego descubrimos que ese sentimiento se mantiene intacto,
poco a poco, con el tiempo, ese anhelo se va transformando en un vacio que no
podemos explicar. Cuando perdemos la salud, sentimos como si la vida nos está reprochando y relacionamos el reproche, con ese anhelo
insatisfecho, que no tiene que ver con objetos materiales, ni con un falso optimismo,
de alguna manera sentimos que ese anhelo
tiene que ver con la necesidad de
sentirnos plenamente satisfechos con nosotros mismos, a partir de ese momento, iniciamos
una búsqueda para saciar ese sentimiento.
La mente entrará en un profundo silencio cuando
los miedos se disuelvan y tendremos un reencuentro con la Paz cuando dejemos de
prolongar el sufrimiento. Sumergidos en un profundo agradecimiento el Amor hará
su trabajo.
Dios no
pierde la esperanza de que un día
despiertes y con cada respiración agradezcas tu existencia.
Síguime en Facebook
Sígueme en Twitter: @anairisgavidia
Síguime en Facebook
Sígueme en Twitter: @anairisgavidia
No hay comentarios:
Publicar un comentario