lunes, 18 de noviembre de 2013

La Satisfacción





Les ha sucedido a ustedes mis queridos amigos,  que  cuando innovamos, creamos e inventamos, trabajando en lo que nos gusta, sentimos un goce mientras realizamos la obra (y eso sin mencionar  el vendaval de sensaciones cuando la concluimos);  que al realizar un bien a otra persona experimentamos una alegría contagiosa; que  al hacer de nuestro lugar de trabajo un espacio  recreativo y ameno comienzan a florecer ideas maravillosas; que al contemplar un paisaje sentimos una Paz infinita… Quizás te preguntes; ¿A dónde voy con tantos regodeos...?

 Pues bien; Dicen que lo opuesto a la felicidad, no es la tristeza, es “La insatisfacción”. Existe un goce que experimentamos cuando descubrimos nuestro potencial, es un goce que va más allá de lo físico o material y que tiene que ver con el hecho de sentirnos satisfechos.

Un ejemplo notable y digno es sobre aquel que  faltándole ambos brazos y piernas le son ríe a la vida con agradecimiento.  Sentirnos satisfechos no quiere decir que nunca tengamos que lidiar con dificultades, se trata de vivir un día  a la vez, abrazados a la felicidad, es un anhelo del corazón, un sentimiento que nadie te puede quitar. Todos los desafíos, todas las  pruebas, todas las dificultades, un día pasarán  a ser simples anécdotas, sencillamente porque nos sentimos satisfechos con nosotros mismos, con nuestro crecimiento, con la persona en que nos hemos convertido, con nuestros logros alcanzados.

Podríamos decir, que la luz de la sabiduría espiritual, es “La Satisfacción” que nace desde el momento que comenzamos a ser, existir, sentirnos pleno, ser “dueños de nuestro destino” y sin pretensiones de ser sabios o maestros, pasar por la vida  dejando una estela de alegría,  Amor  y dicha.

Un caluroso abrazo mi gente bella. Feliz día.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Aprendí la lección






 Hubo un tiempo que busqué refugiarme tras de los rincones del anonimato, pasar desapercibida y disfrutar secretamente  de esa Paz que se había convertido en mi dulce hogar. En silencio y con cierto aire mezquino disfrutaba de ese mundo nuevo que me había regalado la vida  y que había descubierto en la simplicidad y  sencillez que esconde el día a día, no tenía interés alguno de estar dejando huellas por doquier y menos aún estar presumiendo con lo que la vida me había premiado, así que preferí mantenerme en una actitud que llamaba con frecuencia y con cierto engreimiento; “Sano Exilio Voluntario” y  en contacto con personas muy bien seleccionadas, hasta que descubrí…, que en medio de ese preludio amoroso que tenía con mi nueva vida, sin darme cuenta, lo que estaba era  vistiéndome de soberbia, me estaba excluyendo,  quería mantenerme alejada para no quedar atrapada en las múltiples frivolidades  de un mundo que se empeña  nublarnos la consciencia y sumergirnos en las profundidades de un pozo oscuro. Sentí vergüenza. En realidad de lo que  me estaba  perdiendo era de la maravillosa oportunidad de aprender de otros que en medio de las adversidades están dispuestos a seguir luchando contra todo mal presagio. En realidad, de lo que me estaba perdiendo era  descubrir a unos seres maravillosos que más allá de las frivolidades piden a grito ser escuchados y que, al igual que me sucedió en el pasado, quedaron atrapados en los sutiles engaños  que esconde el  escalofriante mundo civilizado.  Hoy aprendí la lección.

Feliz días amigos. Se les quiere un mundo.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Un viaje que emprendí





Lo digo con mucho respeto hacia  quien tomó un camino distinto, a la final, todos los caminos conducen a Roma. Pero, deseo decirlo

A los 18 años comprendí que no tenía nada que aprender en lugares cerrados, ni entre cuatro paredes. Comprendí que no tenía nada que aprender de los miedos de los demás, de aquel que hizo de su vida monótona y convirtió su oficio una esclavitud; comprendí que no tenía nada que aprender de aquel que no se arriesga y menos, del que vive esperando que llegue un cambio. Así que abrí mis alas y emprendí mi propio vuelo para  aprender de los pueblos apartados, de las montañas solitarias, de los llanos áridos, de las playas costeras, de las costumbres pueblerinas, de la sencillez de mi gente…, de mi bella Venezuela.

Vi a mi gente ser solidaria, sólo por Amor, por Amor incondicional.  Es verdad, he leído poco, sin embargo, la vida me ha enseñado tanto, mi vida ya es un libro, un libro lleno de vivencias, vivencias que dejaron una sed inquebrantable de seguir creciendo.  Sin darme cuenta la vida me hizo guerrera;  hice del Amor mi arma más poderosa,  de la felicidad mi escudo, de la Paz mi hogar y del arte mi libertad.

Hoy ahora aquí,  sigo estudiando, investigando, meditando para seguir reflexionando, para escribir lo que me dice el corazón, no por que sienta que tenga mucho que enseñar, sino más bien, porque  aún me queda mucho que aprender.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Celebrando la publicación de mi libro “Enemigo Silencioso” con el grapo de apoyo “Te Ofrezco Mi mano”



El fin fundamental de mi libro “Enemigo Silencioso” es apoyar y financiar a grupos de apoyos emocionales para pacientes oncológicos, es la labor a la que pienso dedicarme, desde luego, que también estaré dispuesta apoyar a otras actividades relacionadas con este fin.

Estas imágenes que presento a continuación es la celebración de mi libro junto al grupo de apoyo emocional Te Ofrezco Mi Mano,  un grupo que me recibió con los brazos abiertos y al que asisto desde hace tres años.





 “Luego de dos meses de haber finalizado la quimioterapia, me sentía muy optimista, mi deseos de ayudar a otros era desbordante, quería hacer mucho por todos… y terminé aprendiendo mucho de ellos; conocer sobre otros testimonios fue una gran lección de humildad, fue realmente con el grupo de apoyo Te Ofrezco Mi Mano (TOMM) donde aprendí a escuchar con el corazón y observar  sin juzgar lo que me dice la mente crítica”. Extracto del libro “Enemigo Silencioso”  





Te Ofrezco Mi Mano, es un grupo de apoyo emocional organizado y asesorado por un grupo de profesionales y especialistas en el área motivacional. Este grupo está dirigido a personas que por circunstancias de la vida se encuentran en situaciones de confusión con desarmonías tales como miedos, nervios incontrolables que, generan ansiedad y desespero; además  sienten y piensan que la vida no tiene sentido vivirla de esa forma, ya que no encuentran el camino para salir de ese caos, donde están sumergidos. El grupo de apoyo emocional Te Ofrezco Mi Mano, está dirigido en especial aquellas personas que viven la triste y dolorosa experiencia de padecer una enfermedad oncológica mal llamada “incurable.”

Si deseas participar debes reservar, trabajan con un grupo  no mayor de 20 personas. Comuníquese con los organizadores del grupo de apoyo emocional a los números de teléfonos que aparecen a continuación:

0414-344.89.63
0416-740.54.36
0424-338.15.57

Punto de Reunión del Grupo de Apoyo Emocional Te Ofrezco Mi Mano: Circulo Militar de Maracay. Edo. Aragua. Venezuela.

Para más información puedes visitar su página
http://grupodeapoyoteofrezcomimano.wordpress.com/