lunes, 18 de abril de 2011

Héroes del Camino





¡Vamos héroes del camino! Hagamos con nuestras vivencias un canto de amor y un llamado a la paz.  Dios vio en ti alma de roble; Dios sabe que tú no lo defraudarás; Dios vio en tus ojos a su ángel guerrero.

No, no es fácil. No, no es sencillo, lo sé, yo también lo viví. Pero cómo libera la fragancia una flor si sus pétalos no se despliegan, cómo la oruga se transforma en mariposa si no zigzaguea. Cuando el sufrimiento cese, tu cuerpo y tu alma se habrán fundido en un acto de Amor. Sentirás paz, alivio, la lucha interna habrá terminado, la tormenta está suspendida y brillará un amanecer en el silencio. 

Tu vida es evidencia de que existe un Dios, un Ser Supremo, un Altísimo u Omnipotente. Juntos podemos ser musa, inspiración viva. Hagamos huellas en el camino con la sencillez en nuestros pasos, seamos esa dulce melodía que despierta los sentimientos más sublime de la naturaleza humana, entonces y sólo entonces, se ensancharán nuestros corazones y la alegría estallará sobre los cielos.

Cómo crece el alma sin pruebas, cómo se evoluciona sin vivir, cómo se descubre un amanecer si no hubo antes una noche oscura. No se aflijan héroes del camino, tu pesadumbre es una transición, un quebranto que aunque tenga carga de tragedia pronto será parte de un pasado.

Largos fueron los días de dolor que pasé, largas fueron las noches sin descansos, abandoné un cuerpo viejo para entrar a un renacimiento. No fue una simple prenda que arrojé en el camino, fue algo más que un simple traje. Renuncié a un miembro de mi cuerpo porque pedía su partida, por primera vez experimenté en mi alma un grito en el silencio, no era un ser querido el que se iba, no era mi padre, no era mi madre, era una parte de mi cuerpo que me suplicaba su partida, duros fueron mis momentos de soledad, dura fue la despedida. Incalculables fueron las piezas de mi alma que quedaron esparcidos sobre un mar tempestuoso, que traía a lo lejos la visita de la muerte, estaba lista para partir y mis velas se abrieron en espera de ese último soplo de mi aliento, pero no, no vino a buscarme, su barca sólo me trajo un mar de consuelos, momentos de desahogos y bálsamos que aliviaron mis heridas.

Yo la quise, pero ella no me quiso, me coqueteó tantas veces, me cantó aquellos dulces versos; allí comprendí, que no hay diferencia entre la vida y la muerte.

Qué hice para ser merecedora de los secretos de una segunda oportunidad, qué hice para seguir mereciendo el regalo de la existencia, o más bien, qué tesoros encontré en aquellos que se convirtieron en una fuente de inspiración de vida, ahora aquí, soy un milagro  más que nació  de la voz de tu propio corazón.

Sé que debo continuar, y aún, tengo un corazón sediento. Aquí estoy héroes del camino. ¡Viva! Viajo como el viento sin preocuparme si me perciben o no, no hago pausas en el camino, puedo viajar entre cada hendidura de tu respiración, porque sé, lo que estás sintiendo, soy esa voz que viaja en el tiempo y espacio sin importar si gusta o no, tu y yo sabemos que la belleza del ser humano sólo radica en el corazón. Pueden mirar mi rostro y decirme que ven, pueden ver el brillo en mis ojos y decirme que encuentran. Les he mostrando mi alma desnuda. Hurguen, escudriñen cuanto quieran, intenten herirme si desean, mi fortaleza la podrán medir por el amor que habita en sus corazones.

Tendrán un amanecer, lo tendrán; porque así como el Amor te pasa por fuego, así mismo lanzará una avalancha de velos que acariciaran tu alma. Seamos valientes, continuemos el viaje y déjense AMAR.

 
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