En algún momento de nuestra vida nos hemos visto obligados a renunciar a algo, algunos nos hemos visto en la penosa necesidad de renunciar a una parte de nuestro cuerpo, otros se han
visto obligados a renunciar a seres
queridos o bienes materiales, todas estas renuncias nos han hecho sentir
desvalidos, con miedo al fracaso, estafados,
incluso; limitados, sin posibilidad de alcanzar el éxito. Cuando
haces de tus limitaciones y fracasos una fortaleza, es cuando realmente sales
de tu escondite y comienzas a ¡Ser! Tus
aprendizajes ya no te pertenecen; entiéndelo. Es hora de salir a la Luz. Con
cada paso que des serás ejemplo de progreso; acéptalo con humildad. No te
enojes con la risa de aquel que tiene miedo de lo que eres capaz de
lograr. No te enojes porque la gente se sorprenda de lo que eres capaz de
hacer, realmente, la gente no se sorprende de lo que haces, si no de tu
voluntad indomable. Eres mucho más que
un cuerpo, eres mucho más que tus posesiones. Eres esencia divina y tus fuerzas
dependen de tu firmeza, de esa fe inquebrantable que te hace uno con Dios.
¡Vamos! No temas, sigue adelante.
Síguime en Facebook
Sígueme en Twitter: @anairisgavidia
No hay comentarios:
Publicar un comentario